Patojitos

TU APORTE PERSONAL PARA UNA FAMILIA FELIZ

Las familias felices lo son cada una a su modo, sin embargo hemos observado desde nuestra experiencia, ciertas claves que pueden ayudar a que la dinámica familiar tenga un balance saludable, que premie el esfuerzo de sus miembros y no castigue las faltas, sino que las converse y se trabaje en ellas.

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¡Por supuesto que no es sencillo! hay un trabajo de por medio, pero desde Patojitos, quisimos resaltar tres claves puntuales para dar ese primer paso en el camino del autoconocimiento y la serenidad, que invariablemente afectará positivamente tu convivencia en la más básica de las comunidades: tu familia.

1. Detente, respira, y observa:

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Algo anda mal en tu hogar, algo se siente erróneo. La salida más natural sería distraerse con algún placer fugaz como una compra, una película, un paseo, una bebida, tú nómbralo ¡ya lo he probado!. Tristemente, estas tácticas no resuelven el problema, solo lo posponen.

 

Tómate diez minutos, cierra los ojos, respira e intenta sentir tus músculos; esto te aleja de tu mente y te permite volver, al cabo de ese tiempo,  con más serenidad al momento presente, para analizar la manera más eficiente de abordar esa situación incómoda.

2. Expresa tus sentimientos:

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Pero ten cuidado con la queja y el reproche, es altamente probable que nadie quiera escucharte si tus palabras salen como dagas intentando culpar a otros de tu malestar personal. 

 

Permítete abordar con serenidad lo que sientes, y no ocultes nada, si no hay nadie para escucharte, escríbelo, te prometo que ponerlo sobre el papel y leerlo pausadamente es un tiempo que no lamentarás haber invertido en tí.

 

3. Conoce lo que te gusta y permítete hacerlo:

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Suena contradictorio respecto al primer ítem de la lista, pero la dinámica del bienestar es así: es necesario aceptar los dolores de cabeza y los premios por haberlos sabido soportar. 


Cuando sientas que has trabajado más duro de lo usual, te recomendamos darte una tiempo en algún rincón de tu casa –  “el rincón de la calma” – y durante ese lapso: toma una siesta, recuéstate a mirar el techo o el paisaje, llama a un amigo, escucha música, o tomate algo, verás cómo cultivar tu felicidad ayuda a los demás miembros de tu familia a sentirse felices, porque el bienestar es así: contagioso

Gradualmente verás como tu grado de empatía y paciencia crece, trayendo consigo un ambiente mucho más placentero dentro tuyo. De repente las peleas en la casa por los quehaceres no realizados serán menos frecuentes, y te prometo que si lo practicas con disciplina, al cabo de unos meses esas peleas incluso desaparecerán, junto con los demás síntomas de infelicidad que merman tu alegría y tu eficiencia.


Al final del día sentirás el agotamiento, pero sabrás que el esfuerzo tiene un propósito mayor, y eso en sí, ya es motivo de alegría.

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